Las del Bar Paco, las de la esquinita, las de tu suegro o las de resaca. ¡Larga vida a las bravas! Y ahora, corre a los fogones.

Las del Bar Paco, las de la esquinita, las de tu suegro o las de resaca. ¡Larga vida a las bravas! Y ahora, corre a los fogones.
No vamos a pelearnos: no existe una receta modelo de las patatas bravas, un must de los bares españoles. Pero cuando te viene ese antojito rico, no se puede parar, así que vamos a echarte un cable. Invita a tus besties porque este plato es para compartir. Pongamos que sois los cuatro fantásticos:
- Los básicos: 6 patatas de freír grandes y aceite de oliva virgen extra (para confitar y luego freír las patatas)
- Para la salsa picante (brava):
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de pimentón de la Vera picante
- 2 pimientas de cayena
- 1 bote de tomate natural entero (400 g.)
- 1 cucharadita de azúcar (para reducir la acidez del tomate)
- Una pizca de azafrán
- 1 cucharadita de sal
- Un chorrete de vinagre de Jerez
Okay, ya lo tenemos. Este plato se prepara en dos tandas; primero vamos con las patatas. Hay que pelarlas, lavarlas y escurrirlas, y secarlas con un trapo o papel de cocina. Después, las cortamos en dados del tamaño de un bocado, toscos. Ponemos un cazo grande con aceite de oliva, no seas tímida. ¡Que llegue un poco más arriba de la mitad del cazo! Olé olé, bien de aceite. Ahora metemos los trozos de patata, en frío. Así las confitamos, con el fuego al mínimo durante 15 minutos. Cuando las veas tiernecitas, sácalas con un escurridor, y al frigo rápido para que se enfríen.
Mientras, la salsa. Cortamos la cebolla en cuadraditos muy pequeños, y la echamos en el mismo cazo que hemos usado para las patatas, con un chorrito de aceite de oliva. Picamos los dientes de ajo (pequeñitos también) y sofreímos con la cebolla a temperatura media hasta que esté transparente. Añadimos las cayenas y removemos bien. Luego, hay que retirar el cazo del fuego y añadir el azafrán y una buena cucharada de pimentón picante.
Remover, remover, ¡que no se queme el pimentón! Ahora, echamos todo el contenido del bote de tomate en la olla. Rompemos los tomates con una cuchara y los vamos espachurrando hasta que se deshagan con el resto de la mezcla. Una cucharadita de azúcar, sal al gusto, y cocinamos durante 15 minutos a fuego medio, removiendo. Al final de la cocción toca el chorro de vinagre de Jerez, y el removimiento final. Apartamos del fuego.
Para los más precavidos, retirad las cayenas de la mezcla antes de pasarla por la batidora.
Volvemos a las patatas. Hay que poner abundante aceite en la sartén al fuego, y una vez esté muy caliente, echamos las patatas. Hay que freírlas durante 10 minutos aprox, para que queden crujientes y doraditas por fuera, pero tiernas por dentro. Las sacamos, y colocamos en un plato con un papel para que absorba el extra de aceite. ¡Ya lo tienes! ¡Báñalas en salsa y al ataque!
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